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Carrito

¿De qué se trata? Que el lujo y el confort se calcen un buen par de zapatillas y se lancen a la aventura campestre:

El público: «animales del confort», «urbanitas» y «sibaritas» que no conciben una escapada sin estrellas -de hotel, se entiende-, comodidades, servicio y tecnología. Los “no sin mi iPad”, las “no sin mi secador de uñas” y los “¿cómo que sin móvil? ¿y si pasa algo?”. Pero, como en casi todo, aquí también hay cara B: empresarios a lo Mad Men, hartos del calor del asfalto o el frío del ambiente en bolsa, los nuevos hippies -sólo de corazón- y algún que otro rico concienciado con el calentamiento global que quiere usar naturaleza, por aquello de si se acaba.

El concepto: viajes, estancias, picnics… todo tipo de vivencias con una única condición: en plena naturaleza. Bueno, dos condiciones: con todas las comodidades de un hotel, un hotel con estrellas. Cinco, a ser posible.

El escenario: cuando hablamos de naturaleza, deberíamos decirlo con mayúsculas, y no por referirse a la madre tierra. Aquí no valen destinos de medio pelo, ni el monte de tu pueblo, ni la ribera del Manzanares. Hablamos del rincón más glamuroso de toda la Gran Bretaña, un enclave mágico en la campiña francesa o una espectacular ladera nevada en Noruega. Si no, no es glamping; es camping con matices.

La diferencia: tiendas indias con tarima y cama de agua, iglúes con conexión wifi y mayordomo, cabañas en los árboles con sala de cine, sauna o restaurante, edredones de pluma de pato o un buen pato à l’orange… Eso sí, todo muy bucólico y muy campestre; alrededor, claro. La otra diferencia, algunas ofertas internacionales superan las 8.000 libras el fin de semana.

Una vez asimilada, adherirse a esta nueva tendencia es relativamente fácil, ya que el mercado español lleva dos años haciendo lo propio: primero asimilarlo, y luego generar todo un mercado alrededor. Encontrarás todo tipo de información en Glampinghub, que además tiene su versión española -con precios españoles- en Mundo Glamping. A disfrutar.